miércoles, 11 de marzo de 2009

Buscando piso en Berlín (1ª Parte)

Como algunos sabréis, llevo ya un tiempo buscando un piso al que mudarme en Berlín. La idea es encontrar uno donde podamos vivir 3 personas: dos compañeros de la resi y yo. Empezamos la búsqueda hace ya mes y medio y aún no hemos podido encontrar más que problemas y más problemas. En el momento de escribir estas líneas aún está la cosa en el aire, así que no sé si esto tendrá final feliz o no. Pero lo que sí es seguro es que está siendo, no para escribir un par de artículos aquí, sino todo un libro de aventuras.

La web

Lo primero de todo: a la hora de buscar piso en Alemania, lo mejor suele ser empezar por la página web http://www.wg-gesucht.de/, donde la gente cuelga anuncios tanto de venta, alquiler de pisos o solo de una habitación. De aquí hemos ido sacando casi todos los que hemos visto.

El primer piso

El primer piso que encontramos a través de internet estaba en el barrio de Neukölln, al sur de la ciudad. Bien situado, bien de precio, con habitaciones de sobra y al lado de una parada de metro. Emocionados, llamamos y corriendo fuimos a verlo, tan contentos de haber solucionado la papeleta tan rápido. Pero tendríamos que haber pensando en las sabias palabras del Sr. Lobo: “No empecemos a chuparnos las pollas todavía”.

Y efectivamente: los dueños del piso decían que chachipiruli con nosotros, pero que si queríamos el piso les teníamos que soltar 3000€ por la cocina. Adiós con el corazón. Fue la primera de futuras decepciones.

La frase del Sr. Lobo se ha convertido en el “Live Motive” de este último mes.

La primera inmobiliaria

No hacíamos más que mandar emails como locos a todos los anuncios y nunca había respuesta. Empezábamos a estar más que hartos, hasta que una inmobiliaria nos invitó a visitarla. Como abría hasta las 6 de la tarde, planeamos llegar con 15 minutos de adelanto, que así los tenemos de hermosos y grandes los h****s. Por supuesto, nos perdimos y llegamos cuando ya había cerrado, así que tocó volver al día siguiente por la mañana.

Esta vez sí que había gente y nos dijeron que para lo que queríamos solo tenía UN piso. Muy bonito, de 65 metros y por 600 € nuestro. Que guay, pensamos. Pero había un pero: esta inmobiliaria te obligaba a hacerte “socio” de la misma: pagar 300 euracos, que jamás recuperaríamos y otros 1700 que nos devolverían un año después de que dejásemos el piso. Joder. Vamos a ver si el piso merece la pena al menos semejante locura.

El piso que está en obras

Fuimos a ver el piso. Estamos hablando de principios de febrero. El día 28, tanto Lucas como yo deberemos estar en la calle. La inmobiliaria nos había dado cita con uno de sus comerciales en la puerta del edificio.

Lo primero que nos llamó la atención fue que había dos chavales más para verlo: nos había citado juntos. Más tarde aprendimos que eso es relativamente normal aquí, pero me parece una falta de educación por su parte de todos modos.

El piso estaba en un antiguo edificio de la RDA, característicos por ser bloques muy altos y muy anodinos. El piso estaba en el 5º, pero el ascensor solo tenía paradas en las plantas pares, así que subimos hasta el 6º y luego bajamos al quinto. Alucinante. Aunque no tanto cuando lo vimos: estaba completamente destrozado: suelos arrancados, puertas desmontadas, barbaridad de mierda, la cocina inexistente… Pero nos dijeron que lo iban a reformar y estaría listo para el 1 de abril. Lo rechazamos, porque lo necesitábamos para el 1 de marzo. No estoy seguro si fue un error, a fin de cuentas, no me hacía mucha gracia pagar semejante pastizal a la inmobiliaria.

El chollazo demasiado bueno para ser cierto

Habíamos estado mirando otros pisillos por Berlín, algunos en la zona de Wedding, otros en Pankow, pero los rechazábamos por estar bastante lejos del centro. Queríamos uno en Kreuzberg, Friedrichshain, Prenzlauer, Mitte… casualmente los antiguos barrios de Berlín Este, pero porque son donde se concentra la gente joven y las zonas de marcha.

En fin, que un día cualquiera, sin venir a cuento, nos aparece un piso en Mitte (que significa centro). Y tan céntrico que estaba, como que era la isla de los museos. Precio perfecto, 3 habitaciones más salón, amueblado… Una maravilla. No lo podíamos creer. Los del piso nos dijeron que sin problemas, que nos lo podíamos quedar… si hablábamos con la dueña.

Joder con la dueña. La llamamos unas cien veces y nunca respondía. Hasta que un día respondió, para pasarnos con un compañero suyo ¿? Resulta que era de otra PUTA inmobiliaria. Nos marearon durante una semana, mandándonos de un vendedor a otro hasta que al final nos dijeron que ya se la habían dado a otros.

A estas alturas ya habíamos visto 8 o 10 pisos. Los que nos gustaban nos los quitaban y el resto eran una mierda o estaban en el quinto infierno.

Siguiente capítulo...

1 comentario:

Joao Walker dijo...

Paciencia.... de todas formas, que has hecho con los de la resi? has renovado el contrato? o estas de ocupa de Javier...jeje.

x cierto, tenemos ingeniero titulado en la familia...Israel, 8,8 PFC, enhorabuena por Él!