sábado, 28 de febrero de 2009

Berliner Unterwelten

Ya estoy graduado en guía turístico semiprofesional. Después de la primera visita de Juan y Josué, del día 5 de Febrero hasta el 10, de Álvaro y Alex desde el 10 hasta el 18, y luego de Jorge, Dani y Germán el mismo 18 hasta el pasado 25, tengo claras varias cosas: que es genial tener amigos que te vengan a visitar, pero si otra vez estoy tres semanas seguidas así me pego un tiro.

Como decía, Jorge, Dani y Germán vinieron a visitarme la semana pasada. Tenían muchas ganas de hacer turismo y conocer Berlín, pero yo estaba algo liado con el tema de que estoy buscando un pisito para mudarme de la resi, que está bastante a tomar pol’culo. 

El caso es que cada mañana estos se hacían un plan para visitar aconsejados por un servidor y se lanzaban a la aventura de descubrir la ciudad, esperando no perderse.

Como decía, yo estaba bastante liado con el tema de los pisos (es una historia sin final aún, pero promete) y pocos días pude escaparme a visitar cosillas, con lo que me gusta. Pero el domingo pude, y fui con ellos a visitar una de las cuatro exposiciones que tienen en la ciudad la asociación histórica Berliner Unterwelter, dedicada a la exploración, reconstrucción y mantenimiento de las numerosísimas instalaciones subterráneas que existen en Berlín desde la época del innombrable.

Ofrecen 3 tours en español: uno en un bunker de la Segunda Guerra Mundial, otra en una torre de defensa antiaérea (muy impresionante por cierto) y otro (el que hicimos nosotros) en dos búnkeres refugio, uno de la Segunda Guerra Mundial y otro de la Guerra Fría. Nos prohibieron hacer fotos, pero os lo puedo contar un poco por encima.

Fuimos primero hasta la estación de cercanías Gesundbrunnen, al norte de la ciudad. En los tiempos de la guerra, esta estación era el límite de la ciudad. Por ello, el gobierno de entonces decidió, aprovechando las instalaciones de la estación de metro, construir un refugio antiaéreo. Solo bastaba instalarle puertas de acero, reforzar un poco las paredes y pintar con pintura fosforescente y tóxica señales en las pareces y ya tenias un bunker. Daba igual que los arquitectos firmaran que esas instalaciones se vendrían abajo con la primera bomba, lo importante era tener a la población tranquila.

El guía nos fue llevando por las instalaciones, enseñándonos los aparatejos que tenían, los víveres y a la vez contándonos detalles históricos y anécdotas. Muy completo y muy ameno.

Nos mostraron la sala donde se encontraban los filtros de aire (ver foto de abajo). Debíamos de ser unos 30 visitantes, y el sitio era muy angosto. En ese momento, cerró tras nosotros la puerta blindada y nos empezó a meter en situación. Ese búnker estaba diseñado para albergar unas 1300 personas, pero en momentos de pánico de la población llegarían a meterse unos 4000. En esas circunstancias se estaría un poco agobiado, algo así como estábamos nosotros en esos momentos. El guía lanzó unas preguntas al aire. Según las estadísticas, entre 30 personas hay al menos un médico o enfermera. Y así era en nuestro grupo. Que haya médicos es fundamental en un búnker: puede haber heridos, enfermos, ancianos, embarazadas, etc. También es importantísimo tener algún psicólogo. Si acaban de bombardear tu ciudad y has perdido a tu familia y amigos es posible que estés alterado. No hay que olvidar, dijo el guía, algún policía o militar, para mantener el orden y la organización. Pero luego mencionó lo más curioso de todo. Lo fundamental fundamental es que haya… ¡ingenieros! 

¿Y para qué, te preguntarás? Resulta que el búnker se cierra de manera hermética, y solo entra el aire a través de los filtros de la fotografía: dos ventiladores que traen el aire del exterior después de pasar por un filtro de carbono activo y metales pesados. Si esas bombas fallasen, por un corte de luz por ejemplo, toda la gente moriría asfixiada en menos de 10 minutos. Y sería muy probable que fallasen, porque estaban conectadas al suministro eléctrico de la ciudad. El guía llamó a dos ingenieros voluntarios. Salió Dani y una chiquilla que estaba allí. Entonces el guía, sin más, cortó la luz.

Imaginaos la situación. Se va la luz, pero como las bombas estaban funcionando, tienen algo de inercia y se van frenando poco a poco, a la vez que la luz se va atenuando hasta quedar en la más absoluta oscuridad con 4000 desconocidos. Un par de ingenieretes (que ni siquiera han terminado la carrera y que jamás han visto un cacharro semejante) tienen unos pocos minutos para reactivar los filtros y la luz antes de que los supervivientes mueran asfixiados en medio de un ataque de pánico. ¿Tú que harías? (Dejar la respuesta en los comentarios).

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Después de que Dani nos salvara la vida a todos, salimos del búnker y fuimos a ver el segundo. Este sí que era un búnker atómico de verdad, diseñado y construido para soportar una explosión nuclear y mantener con vida de forma autónoma durante 2 semanas a 3300 supervivientes.

Pero, un momento ¿esto no es una estación de metro?

Efectivamente, es la estación de la línea U8 Pankstrasse. Berlín, durante la reconstrucción y ampliación de las líneas de metro durante la guerra fría, y ante el temor de un ataque nuclear, construyó estaciones que pudieran servir en caso de guerra como refugios para la población. No era un temor infundado, nos enseñaron un mapa de Berlín donde los soviéticos planearon los efectos de una bomba de un megatón sobre Alexanderplatz. Les importaba poco que una parte de la ciudad fuera suya: 1,2 millones de bajas civiles propias son asumibles, que soviéticos hay ya muchos.

La estación, por supuesto, parece normal, pero se puede reconocer por unos marcos de metal a las entradas, de donde bajarían unas compuertas de 20 cm grosor de acero para sellar el recinto. Entonces, para acceder al interior, se debería pasar a través de una exclusa estanca donde se renovaría el aire y se descontaminaría a los que fueran a entrar. Eso significaba desnudarse delante de todos los desconocidos y deshacerse de la ropa contaminada obligatoriamente, para ponerse unos chándales que repartirían. Algo más para añadir al estrés del momento. Había chándales azules y amarillos, porque la comida se repartiría en dos turnos.

Nos enseñaron las instalaciones. Tenían enfermería, camas, cocina, baños, duchas, etc. Los baños estaban infradimensionados, esto es, con menos WC de los necesarios, por una razón: evitar que una persona se quedará sola dentro y cometiera alguna desgracia. Por la misma razón los espejos eran de acero pulido, para que nadie pudiera hacerse un cuchillo con un cristal roto. El guía nos contó que esto lo aprendieron de la experiencia.

En definitiva: es una visita muy interesante. No tenía ni idea de que existieran esta clase de instalaciones tan “a la vista”. El búnker de Pankstrasse estuvo operativo hasta 2007, pero ahora solo funciona como estación. Alemania tiene una capacidad para refugiar al 1% de su población en bunkers, pero países como Suiza tienen para el 98% (¿y por qué no hasta el 100%? Suponen que un 2% no conseguiría siquiera llegar a la puerta del bunker, así que ¿para qué más?) Ya sé que siempre estoy recomendando sitios, pero este debería estar en el Top 10. Entrada 9€, pero 7€ si eres estudiante. Visita en español.

Por cierto, esta asociación participó en el documental de Canal Historia “Ciudades bajo tierra: Berlín, la guarida de Hitler”. También lo recomiendo.

Y ya para despedirme, unas foticos de Jorge, Dani y Germán. Un placer teneros en Berlín.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Entchuldigun, aiba d’ai

Esta es una entrada escrita por mi amigo Juan, que vino a visitarme con Josué hace dos semanas y estuvieron unos días por aquí, y ha tenido a bien de contarme sus experiencias por Berlín. ¡Muchas gracias!

"No nos queríamos ir, y ahora que estamos en Zaragoza estamos deseando volver. La verdad es que ha sido una experiencia fantástica.

Lo primero, agradecer al anfitrión, que pese a tener un mes de Febrero duro, y vivir a tomar por culo (con perdón), nos ha hecho de “Cicerone” por una enorme ciudad como es Berlín.

Las primeras impresiones fueron raras, un barrio oscuro y una estación cochambrosa, a la que luego le cogimos cariño, Ostkreuz. El albergue impresionante, pero ojo, el ascensor esta escondido y subir plantas de 3,5mts de altura por las escaleras cansa,….y si vuelves “contento” más. je, je.

No quiero repetir lo que ya ha escrito David sobre los bares y la Zona donde estábamos, que estaba próximo a WaschauerStrasse, en este blog, pero no puedo dejar de reiterar lo dicho por él. El barrio es impresionante, mucha gente joven y gran ambiente nocturno. Los bares…no llega a ser una zona de marcha como en Zaragoza pero hay cosas que merecen mucho la pena…aunque nos fuimos con ganas de ver algún bar más (una pena que los lunes sean lunes en todas partes y cierran!!).

Cosa curiosa donde las haya es que en Berlín solo sale el sol de 7 a 9, y luego se nubla, pero por la noche, entorno a las 22h se despeja el cielo y se ve la luna y las estrellas…algo increíble.

Cosas anecdóticas, es tener un tío rarísimo en la habitación del hostal…y si el tío lleva encima 24.000 € y encima si la primera noche que estábamos allí, se los roban, pues eso le da ambiente a la estancia. El principal sospechoso era un tipo que no volvió a aparecer por el albergue pero hasta la “polizei” vino para hablar con nosotros y todo. Toda una experiencia el mantener una conversación a tres bandas “inglés-alemán-español”.

También es curioso que andando tranquilamente por Berlín, te pare un sudamericano y te diga “disculpe, quiere un comic…” o que las camareras te confundan con “holandeses”, jajaja, italianos pasa, pero holandeses??? …será porque pedimos una pipa para fumar???.

Mención a parte es el comer en Berlín….. Como buenos turistas, a la hora de comer fuera, decides no arriesgar y buscar comida basura…”así no tendré que pensar lo que me dice el camarero” piensas infelizmente…te planas ante el moro de turno del kebab y le dices…”zwei durum, bitte”, y te sientes genial, dices que bien me ha entendido, además que habías elegido esto ya que era el único tipo de kebab que no había varios tipos para elegir….NO NO, de eso nada, ahora es cuando el vuelve y te dice “ grande o pequeño, que salsa quieres, quieres otra cosa, para beber, …..” y una retahíla de preguntas alemán en que no te esperas y lloras diciendo…”YO SOLO QUIERO UN P… KEBAB”!!!

De todas formas es sorprendente como SÓLO los españoles tenemos dificultades en hablar idiomas, ya que por muy raro que sea con quien fueras ha hablar….te hablaba en inglés perfectamente….que envidia!.
Bueno, la conclusión de todo es que Berlín es una gran ciudad para vivir y si no fuera por el frío y la nula existencia de persianas, nos iríamos a vivir allí de cabeza….quien sabe.
"

Juan y Josué, nunca se quién es quién

domingo, 15 de febrero de 2009

Entrevista

Esta semana me han venido a visitar Alex y Álvaro desde Zaragoza. Es su primera vez que vienen a Berlín, y puede ser interesante contrastar sus primeras impresiones acerca de la ciudad. En este artículo, y de manera inédita en este blog, se presenta la primera entrevista de “Perdido en Berlín”.

David: Bienvenidos a Berlín ¿Cuál fue vuestra primera impresión al bajar del avión?

Alex: ¡Ostia que frío! ¡Y encima lloviendo! (risas).

Álvaro: Pues en Pamplona hace igual de frío (risas).

Dvd: ¿Qué os está pareciendo la ciudad, después de haberla visitado? ¿Qué monumento os ha gustado más?

Alx: La verdadera ciudad de Berlín está oculta bajo la ciudad que ves ante tus ojos, bajo el hormigón.

Álv: Muy inmensa, pero ¡la puedes ver desde el tranvía!

Alx: Nos ha encantado el pirulí, el símbolo fálico que rodea toda la ciudad.

Berlí, otra vez.

Álv: A mí me gustó la iglesia destrozada y reconstruida.

Gedaechtniskirche

Dvd: ¿Y el transporte público? Dicen que es el mejor de Europa.

Alx: Son unos pringaos, no saben diferenciar un semester ticket (bono de transporte) falso (risas). Ahora en serio, está de puta madre, enlazas todo todo con un solo ticket pirata (risas).

Álv: ¡Y se puede beber cerveza! (risas).

Dvd: Alemania y Berlín son muy diferentes a España ¿Qué os han parecido las gentes del lugar?

Alx: Me alegra que me hagas esa pregunta. Me gustan ciertos aspectos de esta cultura, pero de la misma manera prefiero más la calidez de otras gentes de otros sitios que he visitado.

Álv: Estoy de acuerdo. La gente está muy metida en sí misma, y a menos que vayan al fútbol o de fiesta, la gente no habla casi.

Dvd: Hablado de fiesta…

Alx: Solo fuimos el miércoles a una garito, cabrón (risas). Pero ¡qué locura! Hay muchísimo guarreo en los bares. Ayer había unas tías liándose entre ellas solo para llamar la atención.

Álv: Y la gente no habla más que de ligar y “esas cosas” (risas).

Dvd: Última pregunta: ¿Recomendarías Berlín?

Alx: Desde luego: por su historia, su arte y todo. El Tacheless es visita obligada para toda mente alternativa que se precie.

Álv: Yo también lo recomiendo. Cuando vuelva a España voy a pensar que soy un tío súper abierto (risas).

Dvd: Gracias por estas palabras tan sinceras como espontaneas. 

Con Alex y Álvaro

domingo, 1 de febrero de 2009

Kunstverein

No lo sabía hasta que llegué aquí, pero Berlín es muy famosa por tres cosas: la comunidad artística residente, la música techno y las casas okupas. Por lo visto, hace 20 años, cuando cayó el muro, una oleada de gente joven vino a vivir a Berlín, ocupando las casas y los edificios viejos que dejaron tras de sí los que emigraron de la RDA. Algunos de estos jóvenes eran simples estudiantes, que se instalaron en el barrio de Friedrichshain, pero muchos otros eran artistas, buscando su hueco para pintar, ya fueran grafitis o bodegones, o tocar música, ya fuera techno o con el violín.

Nacieron entonces los Kunstverein o Kunsthaus (Kunst = arte, verein = asociación, haus = casa), antiguos edificios que fueron ocupados por asociaciones de artistas que subsistían vendiendo dibujos, con las propinas de sus conciertos improvisados, y que fueron evolucionando con cines, bares, discotecas, etc.

Hay bastantes de estos sitios en Berlín, repartidos por toda la ciudad. Ya os hablé, del Cassiopeia, hoy tocan otros dos de golpe.

El más famoso de todos sea quizás Tacheles, un antiguo centro comercial anterior a la guerra que sobrevivió al bombardeo. Esta situado en pleno centro de Berlín, en Oranienburgerstraβe, y es una parada obligatoria para cualquier turista. Y también, por este mismo motivo, el local se ha convertido en eso, en un centro turístico.

El sitio en cuestión tiene un área de conciertos al aire libre (cerrada en invierno, que a ver quién es el guapo que se pone a bailar a 0ºC), varias salas de cine, un bar, dos pisos de galerías y una discoteca, el club Zapata.

Tacheles, bar

Esta foto ya tiene un tiempo

No os dejéis engañar por el aspecto de las fotos: el sitio está lleno de pintadas por todas partes, de reivindicaciones y de todo lo que quieras, pero es un negocio enfocado a los turistas. No hay más que pedir una cerveza y soltar los 3€ que te piden para darse cuenta, cuando en cualquier otro lado te cobran la mitad. Pero bueno, otros sitios te cobran lo mismo por tener decoración artificial, y en este es de verdad. (El otro día salió en El País que lo quieren derribar)

El otro del que iba a hablar es ACUD. Digamos que es básicamente lo mismo que el anterior. De este no tengo tanta información, no es tan famoso. Se encuentra al norte de Alexander Platz, en la calle Veteranenstraβe (al lado de la Winery, por cierto). Como el otro, también tiene bar, galería de arte, discoteca, etc. Y los mismos precios. Fuimos el viernes, y el sitio no estaba mal, pero tenían la música techno a todo trapo y nos fuimos con dolor de cabeza de allí.

En definitiva, si pasas por Berlín, estos son otros dos sitios que no deberías perderte. Un saludo okupas del metal.