sábado, 21 de marzo de 2009

Buscando piso en Berlín (4ª Parte)

En anteriores capítulos (1, 2 y 3)

Hay luz al final del túnel, pero aún está lejos.

Sálvese quien pueda

Ring Ring. Las llamadas de Javier sin venir a cuento me ponen los pelos de punta. Nunca son buenas noticias.

Javier: Oye David, que he estado hablando con mis padres. Y siento avisaros con tan poco tiempo. Pero es que no les pedí permiso para irme de la residencia y no me quieren dejar el dinero para el depósito del piso ni los papeles ni nada. De hecho me han ordenado que me quede en la residencia…
Yo (reprimiendo ira homicida): Diox mío.

Así, amiguitos, nos quedamos sin Javier para buscar piso. Era un 10 de marzo. Llevábamos buscando piso desde finales de enero y mes y medio después, tras ver docenas de pisos para 3 personas, nos quedamos en 2, y encima sin el único que habla alemán. Así que al grito de ¡sálvese quien pueda! decidimos hacer desbandada general y buscarnos cada uno la vida por nuestra cuenta.

Vuelta a las WGs

Ya os conté lo de los pisos compartidos de Alemania. Les llaman WGs (vegues se pronuncia). Esta vez era muy distinto: ya no eran para un mes, sino indefinidas. En mi página de wg-gesucht (la cual ya conozco como la palma de mi mano) salen, cada día, más de 20 anuncios ofertando alguna habitación vacía. El aspecto de la página es tal que así:

A la izquierda se ven unos muñequitos. En color se ve quién vive, si es un chico o chica. En sombreado lo que están buscando: chico, chica o si les da igual. El primer problema aquí ya es la discriminación: los pisos de chicas suelen preferir chicas también (aunque una vez vi un piso de 4 chicas que buscaban a un chico. En el anuncio decían que eran modelos. Si no las llamé 40 veces…). A continuación dice cuando pusieron el anuncio, el precio, el tamaño, el barrio, desde cuando está libre y piso y, por último, hasta cuando estaría libre. A veces salen cosas tan raras como gente que alquila su habitación un fin de semana, o algunos que te lo dan para 2 años exactos.

Luego ya hay que mirar los anuncios en sí. Yo siempre me fijaba lo primero si decían “Rauchen nicht erwünscht”, que significa que no desean fumadores. Segunda discriminación. Pero no terminaban ahí. También vi muchos anuncios donde rechazaban expresamente a los Erasmus. No hay dos sin tres.

Como todo en esta vida, también hay que saber jugar a buscar WG. Los anunciantes suelen dejar el email y, a veces, su número de teléfono. El email te permite prepararte un texto elegante y mandarlo a diestro y siniestro, uno detrás de otro. Llegaba a mandar más de 10 al día, pero no contestaban más que uno o dos, muchas veces para decirme que ya lo habían alquilado. Ya estaba tan hasta los mismísimos que pase a la ofensiva brutal: mirar la página cada dos horas y llamarlos directamente al teléfono. De esta forma conseguía 3 o 4 visitas al día.

El colgado

Uno de los primeros que fui a ver era el piso de un tío de 35 años, que acaba de alquilar un piso para dos y alquilaba la segunda habitación, de unos 15 metros cuadrados, por 280 €. Fue el primero que vi, e hice bien en mantener la calma, porque el tío era francamente extraño. No había muebles aún en el piso, ni siquiera en la cocina. La habitación no tenía luz y era muy pequeña para ese precio. Un mal rollo que no veas. Me largué de allí.

La de la gata

No sabía si titularlo este la de la gata o la de los pingos. Realmente no me molestaba que tuviera una gata, me encantan los animalicos, pero es que la casa tenía un pasillo en forma de L que envolvía al resto de habitaciones, de unos 15 metros de largo en total, donde el lado de la pared estaba, desde el suelo hasta el techo y a lo largo de todo el espacio, lleno de estanterías hasta arriba de cosas. Una cosa exagerada. Ni que tuviera el síndrome de Diógenes la mujer. Tenía 31 años y era muy simpática. Pero la habitación, sin estar del todo mal, tenía una cama de no más de 70 cm de ancho. También la dejé pasar. No me gustaba ver fotos de la gata en todos lados.

Los italianos

Este piso sí que molaba. Habitación de 25 metros con balcón. Suelo de parquet, salón, cocina súper grande, etc. Vivían dos italianos que, además, hablaban español. Había muy buen rollo, y en seguida me confesaron que les encantaría que viviera con ellos, que la gente latina tenemos más salero y todo eso. Me dijeron que me llamarían en un par de días, que se lo iban a enseñar a más gente que ya habían dado cita y tal, pero que vamos, que seguro que me lo daban.

Al volver a casa, Marco, mi colega italiano, me dijo que me olvidara. A la primera mujer que fuera a ver ese piso, mis posibilidades caerían al 0%. Debió de ser así, nunca volví a saber de esos cabrones.

Los robots

Otro que fue curiosísimo fue el de un piso de alemanes de 25 años en el que todos estaban haciendo sus tesis, proyectos, etc. Era un ambiente perfecto para mí, ya que eso es lo que pienso hacer este cuatrimestre. Pero la gente del piso no gesticulaba absolutamente nada. Me entrevisto una chiquilla a la que solo conseguí sacar media sonrisa diciéndole mis mejores coñas rompe-hielos para estos casos, con las que alguno se ha partido el ojete. El único que tenía buena cara era el que se iba del piso. Tal vez por eso estaba tan contento. Aquel piso era como un velatorio.

El MacGuffin

Un día estaba en casa, rallándome con que no encontraba nada, y de repente me llama una chica al teléfono. Esto es parte de la conversación traducida del inglés.

Chica desconocida: ¡Hola! He leído tu email y creo que vendrías muy bien en nuestro piso. Quedamos en tal bar a las 8 y hablamos sobre cómo buscarlo.

Fenomenal. Parece amable. No sé si ha dicho que aún no tienen piso, pero puede que no la entendiera. Estaba en ese momento con dos amigas de la resi y se vinieron a acompañarme. Pero fui todo el camino dándole vueltas sobre si realmente me había dicho que aún no tenían piso. ¿Sería eso posible?

Al llegar me encuentro con la chiquilla esta, alemana, de Stuttgart, y otro chaval más, de aquí de Berlín. Me empieza a contar la moza, que se llama Giana, que aún no tienen piso y que si quiero puedo buscar con ellos. Están pensando en buscar uno para 4. “Buena suerte”, pensé.

No sé aún muy bien como me metí en semejante locura de ponerme a buscar piso con unos desconocidos cuando, después de mes y medio y dejándonos la piel, no habíamos sido capaces de alquilar uno nosotros. Tampoco tenía nada que perder por otro lado.

Pues nada, al día siguiente fuimos a ver un par de pisos que había encontrado Giana. No estaban del todo mal, pero quisieron seguir buscando. Yo me reía para mis adentros: “dejar escapar oportunidades, que ya veréis, ya”.

El jueves otra vez. Teníamos 7 visitas a pisos. La tía se había buscado 7 visitas en un día. Fuimos viendo uno tras otro, todos en el centro, unos mejores, otros peores, alguno magnífico. Pero lo que me sorprendió no fue solo que hubiese encontrado, sino que los vendedores se los ofrecían. Esto es ¡el vendedor quería realmente alquilárselo! ¡Y le volvían a llamar una y otra vez para insistirle! ¡Me sentía como una estrella de cine!

Y al final, lo encontramos. Un piso cojonudo, en Neukölln, a 5 minutos de dos paradas de metro, con supermercados, tiendas, bares, cines, ¡gente en la calle! El piso tiene 130 metros cuadrados, con 4 habitaciones de más de 20 cada una, con balcón y una cocina enorme. Es un piso perfecto. Y nos va a salir por 210€ por cabeza. No me lo podía creer. Aún no me lo creía que fuera a tener piso, después de todo esto.

Bueno, no empecemos a chuparnos las pollas todavía. Aún hay que firmar los papeles, y ya estoy de vuelta de todo con estos alemanes, así que aún puede que me lleve otra decepción. No obstante, es significativo que la chica esta encontrara piso en tan solo 2 días. ¿Es que somos unos inútiles nosotros? Pienso en las sabias palabras de Kike:

En la escala social de Alemania, los turcos están abajo del todo, y los españoles a continuación.

Kike Ortilles, iluminado del Metal

"Puede que todo haya terminado ya." Pensé.

Una vez más, me equivoqué. Me llama hoy Giana. Ha mandado el contrato a su padre, y por lo visto es inusualmente extraño. ¿Que querrá decir con eso? Por lo visto es un contrato del tipo "te pillo-por-los-huevos". Su padre no se fía. Vamos a tener que pasar de él. A seguir buscando WGs. Me cago en todo.

PD: En vistas de que nos habían asegurado el piso, cancelé las otras citas que tenía para ese día. Mi colega Lucas (que es mi colega del metal en Berlín) lo está llevando bastante mal, así que llamé a una de ellas, para en vez de cancelarla pedirles que fuera Lucas por mí. Volvió emocionado: resulta que era el piso de unos metaleros pseudo-góticos, con la casa decorada con arañas, posters de heavy metal, etc. En el baño tienen un meadero de bar, y en el salón asientos de avión auténticos. Además, para rematar, el edificio es una especia de comuna de heavies, que viven cantantes, guitarristas, etc. Ojalá se lo den, porque para él es el piso perfecto.

Último capítulo...

1 comentario:

Joao Walker dijo...

animo con los pisos...que no decaiga la actitud...despues de todo cabezon hasta la muerte, digo maño hasta la muerte... pues si que le va el piso ese a Lucas sip... Aunque si encontrara alguno que se llamara "San Blas" mejor..jajaja.