domingo, 30 de agosto de 2009

Guía básica para el Erasmus novato

Al comienzo de una aventura Erasmus (o cualquier otra experiencia similar en el extranjero) las dudas y el miedo se mezclan con la emoción y el gusanillo de la incertidumbre de un futuro que, en la mayoría de los casos, te cambiará la vida. Es muy difícil generalizar como será un año en el extranjero, porque para cada uno de nosotros significará una cosa diferente y serán las gentes que conozcas las que marcarán tus vivencias. No obstante, sí que existen una serie de puntos que más o menos podría aplicar a los Erasmus (y en especial a los Erasmus españoles) y que conocerlos podrían simplificar tu adaptación y tu experiencia.

1.- El miedo inicial

Y es que ese miedo, esos nervios, la incertidumbre... al principio no te dejan ni pensar con claridad, y no se te irán hasta que pises por primera vez tu destino. Pero es normal, a todos nos ha pasado, y aunque mucho te insista de que no te preocupes, no van a desaparecer. Recuerda que en los países desarrollados, cualquier cosa grave que te pase se soluciona con una llamada de teléfono, que tienes tus coordinadores Erasmus de vuelta de todo y dispuestos a ayudarte. Además, en cada vez más universidades te van a asignar un “Buddy Student”, un estudiante nativo que te ayudará con la adaptación. Por ejemplo, en Alemania el papeleo es infernal y muy diferente al de España, pero no tengas ningún reparo en pedir ayuda, que lo harán encantados. Ya verás como los mayores miedos al final se quedan en pequeños problemas. El título de este blog lo saque de ese periodo, y si ahora me ofrecieran irme a China lo firmaba sin dudarlo.

2.- Los preparativos

Lo más importante que debes dejarte en casa son los prejuicios e ideas preconcebidas ¡todas! Más importante es que no te olvides tu portátil, tu cámara de fotos y tu mejor ropa de abrigo. No te vas de viaje ni de visita, te vas a vivir. La mayoría prefiere llevarse comida de casa (chorizo, jamón, un mancheguito...). Pero yo, personalmente, no lo recomiendo. Tu maleta ya va a pesar bastante, y no echarás en falta el embutido hasta dentro de unos meses seguramente. Eso si, revisa que tienes todos los papeles 40 veces por lo menos y todos los emails de los coordinadores. Y llévate fotos.

3.- El hogar

¡No lo dejes para el final! Mis lectores saben de sobra lo que me costó encontrar piso. Pero eso fue tras dejar la residencia. Normalmente la universidad de destino tiene acuerdos con residencias de estudiantes donde meten a todos los Erasmus. Como comienzo, opino que es la mejor decisión posible. Es donde vas a hacer los amigos, donde van a ser las primeras fiestas y donde vas a tener las menores complicaciones para vivir. No vas a preocuparte de contratar la luz, ni el teléfono, ni de firmar contratos raros como si alquilaras un estudio, e irte a un piso compartido, sin conocer la ciudad ni el idioma, es jugársela. Aun así ten en cuenta que el día que llegues puede que no tengas ni mantas, ni almohada, ni platos ni nada de nada. Tal vez no sea mala idea que te eches una funda de cama y una sábana a la maleta.

4.- Intégrate

El segundo tópico de los tópicos es que no vas a aprender el idioma si no sabías algo ya de antes. Olvídate de volver bilingüe, porque si no chapurreas un poco al principio, y dado que vas a estudiar poco, no lo vas a aprender por ciencia infusa. Al principio te moverás con los Erasmus y los demás españoles, y tal vez acabes metiendo en tu inglés palabras en italiano, alemán, francés y ruso, creando una especie de idioma paralelo más cercano al esperanto que al verdadero anglosajón. Se pueden contar con los dedos de la mano los españoles que no vinieron con un nivel de inglés o alemán ridículo. Pero aún así, no dejes de integrarte en la nueva cultura. Aprende de su historia, su forma de vida, sus fiestas populares, su arte y su gente. No caigas en juntarte solo con españoles y a reírte hasta de su forma de andar y criticarles todo. Te tratarán mejor y harás más amistades si muestras interés por su cultura ¿no estás tu orgulloso de la tuya? Para ellos también eres diferente, y ahora tú eres el guiri.

Y hablando de hacer amigos. Muchas veces comentamos entre nosotros que no esperábamos tener grandes amistades, y ahora nos sentimos como si fuéramos una familia. Cuando llegues el primer día sin ningún amigo, piensa que todos están como tú. No tendrás problemas en conocer muchísima gente, y todas las experiencias por las que pasaréis juntos unen muchísimo.

5.- Estudios

Este tópico si que se suele cumplir: los Erasmus no estudian nada, y en la mayoría de los casos ni aparecen por clase. Personalmente creo que esto último es un error. En la universidad vas a encontrar amigos nativos encantados de conocerte. Eres extranjero, y eres interesante ya solo por eso. Pero hay algo más. Tu vida va a ser un caos, y tener una pequeña rutina de clases te ayudará a que no se te vaya de las manos por completo y a no quedarte en casa la mitad de los días entre semana perdiendo el tiempo.

Y sí, nos aprueban todo (o casi todo). Sin esa presión en la cabeza, ya verás como aprendes a disfrutar de las clases. No te quejes de que su sistema educativo es peor, o más fácil o más difícil: es diferente y punto. Disfrútalo.

6.- Dinero

Aquí entramos en un punto complicado, ya que cuando pienso en el dinero que me he gastado aquí... seguramente podría haberme comprado un coche y haberme independizado de mis padres. Hazte a la idea de que te vas a gastar una media de 600 € al mes, según mi experiencia y mis compañeros. Por supuesto depende mucho de tu destino, de cuanto sales de fiesta, blablabla. Para empezar calcúlate algo así. Y aunque habrá muchos que vienen con los gastos pagados, no deberías rechazar un Erasmus por razones económicas. Existen docenas de becas, y si eso no te vale, conozco muchos Erasmus que trabajando algunas noches a la semana en un bar han conseguido pagarse la estancia y aprender el idioma. Será jodido, pero no imposible.

7.- Enamórate

Y aunque lo que dicen los de Muchachada Nui es cierto (los Erasmus follan menos de lo que dicen), difícil es que te falte algún que otro escarceo amoroso. Y es que lo que es válido en España no deja de serlo en el extranjero: tienes que ser abierto y echarle un poco de morro. Tu acento, tu aspecto mas o menos exótico, la cantidad de gente que conoces, las fiestas... son los ingredientes para que conozcas a alguien. Y a los que tienen a su pareja en casa: siento mucho decirlo, pero sólo conozco a dos personas cuyas relaciones sobrevivieron al Erasmus sin infidelidades. Los cuernos están a la orden del día y el 90% de la gente ha sido infiel. Por otra parte, si tu novio/a se va de Erasmus ¿por que no te mueves y os vais los dos? Compartiréis una experiencia maravillosa juntos, y de paso os servirá para iros de casa de vuestros padres de una vez por todas.

Atardecer en Berlín

8.- Esto no es la realidad

No pienses que va a durar para siempre este ritmo de fiestas, tiempo libre y cachondeo. Tomo una cita que leí en internet: “El Erasmus no es un mundo paralelo. Mucha gente lo quiere ver así para justificarse o autoengañarse. Tú dejas tu país y tu vida durante un año y haces amigos, una vida nueva... Pero realmente tu vida sigue estando donde la dejaste. No es un año paralelo, es un episodio más de tu vida, un paréntesis extraño, pero una parte más de tu vida”. No obstante puedes descubrir lo que puede que no vieras antes de salir, y que te acompañará para siempre: sé abierto y no dejes de querer aprender de las gentes y los lugares. Desde luego no es necesario ser Erasmus para llegar a esta conclusión, pero es la filosofía de vida de cualquier viajero.

Solo hay un punto del que no voy a hablar, que aún no he vivido y que aterroriza a más de uno: la vuelta del Erasmus: volver a casa de los padres, a las rutinas, a tu ciudad... pero si ya he aprendido a vivir en un país extranjero ¿es mi única opción volver a casa?

Para terminar, si a donde vas es a Alemania, los últimos mañoconsejos:

1.- Prepárate para el frío y la falta de sol.

2.- Hazte a las costumbres del país: horarios, normas de educación, etc.

3.- No te preocupes si la gente es muy fría y seca al principio. Luego los conoces y la mayoría de la gente es encantadora.

4.- Habla inglés y alemán, no descuides ninguno de los dos.

5.- Acostúmbrate a la gastronomía local: el kebab.

6.- Ojo con la cerveza. Es muy buena y muy barata. Cuando vuelva al médico me va a echar la bronca por como me he dejado el hígado.

7.- Prepárate también para el verano, porque la vida cambia por completo.

8.- Este consejo ya para los tíos: las alemanas no son unas facilonas ligeras de cascos y son mujeres muy independientes por lo general. No vayas de macho español ligando con guiris que solo conseguirás que se rían de ti ;p.

martes, 25 de agosto de 2009

Mi post más difícil

Hoy, oficialmente, he dejado de ser Erasmus.

La coordinadora me ha firmado el certificado de estancia y lo ha sellado.

Y creedme, ha sido un momento duro.

Ahora debería hacer reflexión, pero me faltan las palabras. En esta bitácora he intentado plasmar mis vivencias de los últimos 12 meses (¡12 meses ya!), pero me dejo mucho en el tintero cada vez que escribo. Muchas veces me he sentido incapaz de transmitir lo que he vivido aquí. Lo que ha significado esta año en Berlín para mi.

Siento que he cambiado. Bueno, sigo siendo la misma persona, pero ahora veo mi vida de otra manera. He madurado. He vivido muchísimas experiencias que jamás habría imaginado. Me he divertido muchísimo. He pasado muy malos momentos también. Y este año perdurará en mi memoria siempre. Pero, en el fondo, no ha sido por Berlín. Tampoco ha sido solo por mi. Ha sido por Lucas y Javier. Por Iria y por Mireya. Por Nayade y por Javier. Por Álvaro y Christina. Por César y Elena. Por Ramón. Por Marco y Laura. Por Carla y Sara. Por Kike y Antonio. Y por Antonio. Por Francesca y Pietro. Por Ouarda y por Rebecca. Por Ariane. Por Arthur. Por David. Por Christina y Noora. Por Gianna. Por Dennis y por Nisan. Por Peter. Por Larissa y Jelena. Por Ingrid. Y por Romina y Eva también. Este año no hubiese sido igual sin todos ellos. A todos gracias.

Es el final de una etapa, pero no el final de la carrera. Ese sellado en el papel no ha sido un punto y final, sino un punto y aparte.

Por última vez, quiero compartir con mis lectores mis fotos, pero con la diferencia de que esta vez voy a poner todas, porque es la última ocasión en que van a ser fotos de Erasmus.

Y no voy a cerrar el blog. Pienso seguir dando guerra, aunque creo que tendré que cambiar la cabecera...

viernes, 21 de agosto de 2009

Badeschiff

Los que no se fijan demasiado en las cosas dirían que Berlín no tiene playa, que está demasiado lejos del mar. Pero amigos, resulta que eso es totalmente falso desde que pusieron en la ciudad el Badeschiff.

Se trata de una piscina colocada en medio del río, el Spree, construida con el casco de un antiguo barco de transporte y elevado como medio metro del nivel del río. Junto a esta, dos plataformas de madera con tumbonas y una playa artificial completan el lugar.

Ayer, aprovechando que fue el día más caluroso del verano (unos impresionantes 32 ºC, que hicieron que los berlineses se pusieran rojos como langostinos), me fui con un par de amigos a pasar la tarde y darnos un baño.

Bueno, me costo como una hora encontrar una tienda que vendieran bañadores (no es el producto estrella que digamos) y para allá en bici, que Berlín es una ciudad donde los conductores respetan a los ciclistas, y estos son los que no respetan nada. Es una ciudad completamente tomada por los ciclistas, que van por los carriles bicis, por la acera o por la calzada como los reyes del asfalto, saltándose semáforos y pasos de peatones. Si preguntas te dicen simplemente que tienen prioridad. Y qué queréis que os diga, que podrían hacer lo mismo en España, porque para el frío que hace, el que no va en transporte público usa la bici, y en Berlín hay menos tráfico que en mi pueblo.

Badeschiff

A ver si empiezo a ir más a que me de el sol. Menos mal que en Alemania estar mas blanco que la leche no llama la atención an agosto.

La entrada al Badeschiff son 3 euros, pero los muy cucos no te dejan entrar nada de comida ni de bebida, y te requisan las botellas aunque estén vacías. Ya dentro sirven comidas y bebidas. La cerveza de trigo de medio litro, 3,50 €, caro para Berlín. Pero bueno, no siempre te tomas una cerveza en una playa a las orillas del Spree.

lunes, 17 de agosto de 2009

Comando Biesdorf

Estos son los responsables de mi actual alcoholismo.
Comando Biesdorf

domingo, 16 de agosto de 2009

El verano en Berlín

Ozú qué caló

Cada vez quedamos menos Erasmus en Berlín, poco a poco van cayendo y se van volviendo a sus países de origen. Debemos de quedar, de los ciento y la madre que eramos al principio en la resi, unos 15. Lo más curioso de todo es que solo nos hemos quedado los españoles, los mexicanos y los italianos. Quizá porque no añoramos ni la comida ni el clima, como harán irlandeses, franceses, belgas, holandeses, rusos...

Cena en casa

Ayer, aprovechando que me habían dejado solo en casa, se me ocurrió hacer una paella para los supervivientes y reunirnos todos.

¡marchando una paella para 12!

Bueno, no me quedaron del todo mal. La gente no me ha llamado hoy diciendo que estuvieran malos (si no contamos la resaca como tal). Comimos, bebimos, reímos... y conseguí echarlos de casa antes de que nos apalancáramos.

De ahí al club Der Visionaire. Otro día tengo que hablaros de este curioso bar, pero ayer no entramos, porque estaba muy lleno, así que decidimos irnos a Treptower Park, a sentarnos a charlar a orillas del río con una cerveza en la mano.

Y así, poco a poco, pasa el verano en Berlín...

sábado, 8 de agosto de 2009

Internationales Berliner Bierfestival

Ayer me di una de las sorpresas mas gratas que he tenido en esta ciudad. Y no es ni más ni menos que ¡el festival internacional de la cerveza!

Lo he dicho mil veces, que estos alemanes son muy agudos para lo que quieren. Y es que solo a ellos se les puede ocurrir semejante idea. La cosa esta montada con “La milla de la cerveza”, y es toda una feria que va desde Frankfurter Tor recorriendo Karl-Marx-Alle, llena a rebosar de puestos de cerveza de más de 80 países diferentes. En la web oficial hablan de más de 300 variedades de cerveza, pero yo de momento solo llevo probadas... bueno, esta la cosa confusa.

Por lo visto esta es la 13º edición, y cada año atrae a más gente y más marcas. No sólo sirven cervezas, sino también comida típica, además de conciertos en vivo y charangas.

Juanlu, Nacho y Kike. César y Ramón. Tomar el próximo avión a Berlín. Tenéis 24 horas.

lunes, 3 de agosto de 2009

Carta al señor A.

Querido A.

Siento empezar con unas palabras tan desagradables, pero odio a poca gente en esta vida y contigo ese sentimiento me sobrevino nada más conocerte. Y no es que sea un experto en calar a la gente nada más conocerla, pero si ya los alemanes suelen ser gente transparente en sus defectos afectivos, tú les ganas a todos.

Francamente, me plantearía tomar clases de habilidades sociales. Si es que no las has tomado ya para todo lo contrario, porque difícilmente podría hacerlo mejor que tú. Tardaste más de un mes y medio en dirigirme la palabra cuando me estabas viendo todos los días en el departamento, y no me ayudaste en absolutamente en nada para adaptarme al nuevo entorno. Pero hasta ahí lo entiendo, ya que como buen alemán-cabeza-cuadrada, que además es un pijo y un trepa, el resto de la gente para ti no existe.

Lo que no me cabe en la cabeza es que me hicieras perder un mes de mi proyecto porque no te salieran las ganas de tus santos cojones, y perdón por lo de santos. Para que encima, cuando al señorito le apeteció por fin dejarme trabajar, me demostrases que eres un completo inútil como ingeniero y como profesional. Hasta el momento defendía en parte la especialización en la ingeniería, pero unas lagunas tan grandes como las que tienes demuestran que el sistema te ha fallado. No me explico cómo puedes vanagloriarte de ser un experto en los ventiladores centrífugos(que tanto han contribuido al desarrollo de la humanidad), y no tener ni remota idea de cualquier otra cosa. Yo sabía lo que era una caja de Faraday con 16 años, porque nos lo enseñan en la escuela.

Ha sido duro aguantar los últimos 3 meses y medio tus chistes sin gracia, tus contestaciones bordes, salidas de tono sin venir a cuento y tu total falta del sentido del humor mientras, además, intentabas ser “mi amigo”. Algo no me cuadra del todo.

Pero si bien alguna vez te has mofado de mi adaptación en Alemania, yo sabía que no tardaría la oportunidad para vengarme. Y verte torpe y patéticamente intentar ligarte a una paisana mía, con frases estúpidas y de baboso, sin dejar de preguntarme por ella en cuanto salió por la puerta, me alegró el día, porque me diste la oportunidad perfecta para manipularte a mi antojo y devolvértelas, una por una, las desavenencias que me hiciste sufrir.

No te lo tomes a mal A., pero a los españoles no nos gusta que un pringado alemán nos toque los cojones. Estamos de vuelta con los guiris. Y por cierto, otra de las cosas que deberías saber si tuvieras algo de mundo, es que hay que echarle muchos huevos para echarle fichas a una española. Ahí queda eso.

sábado, 1 de agosto de 2009

Potsdam

Llevaba ya bastante tiempo queriendo escribir este artículo, pero ando un poco justo de tiempo últimamente.

Aprovechando que mi hermano vino a visitarme, fuimos a visitar la ciudad de Potsdam, al suroeste de Berlín. Potsdam es, entre otras cosas, la capital del estado de Brandemburgo. Berlín es una ciudad-estado y se encuentra dentro del anterior. Están muy cerca la una de la otra, y se puede llegar con el cercanías, o eso nos habían dicho.

Potsdam

Comencemos pues con el viaje. La cosa está en que, utilizando el S7 (uno de los cercanías que cruzan la ciudad) se podía llegar directamente. Y digo se podía porque en cuestión de dos semanas Berlín se ha convertido en un caos del transporte. De tener el mejor servicio público de Europa hemos pasado a tener el rompecabezas del siglo. La compañía de transporte público (BVG) no había hecho el mantenimiento a las vías en años. Como suele pasar en estos asuntos, cuando las cosas se empiezan a romper se rompen todas a la vez. Así cuando estamos esperando felizmente para el S7 en la estación de Westend, nos avisan que no va a pasar ningún tren. (De hecho, están cortados casi todos los cercanías de la ciudad, y los han sustituido por unos autobuses que son una pesadilla).

Tuvimos que ir a una estación anterior, para allí tomar un regional que sustituía al cercanías. Pero claro, sin saber muy bien donde te montas, no sabes donde bajarte… y nos pasamos 2 paradas. Acabamos en un pueblo perdido de la mano de Dios y tuvimos que esperar casi una hora hasta el siguiente regional, que felizmente nos llevó a Potsdam.

Es muy recomendable visitar esta ciudad. Es bastante antigua, ya que sobrevivió en parte a los bombardeos, y tiene varias cosas que merecen la pena de visitar: la calle principal a la puerta de la ciudad, la universidad y los palacios.

Potsdam

Dado que perdimos toda la mañana con los malditos trenes, solo nos dio tiempo de ir a ver los palacios. Para llegar desde la estación es muy sencillo: puedes tomar el autobús (que te deja a la entrada) o el tranvía, que te deja algo más lejos pero solo es un paseíto.

Y en cuanto a los palacios en sí: no hay palabras para describir lo que es aquello. No es que tengan un par de palacios uno al lado del otro ¡es que tienen un montón! Podría decir sin exagerar que solo los jardines tienen que ocupar 10 hectáreas, que cada palacio es gigantesco y que paré de contar estatuas cuando iba por 50.

Los dos más impresionantes son Sanz Souci (que significa en francés “sin preocupaciones”, y era lo que había escrito en mi portal antes de que llegara) y el Palacio Nuevo.

Dejo aquí unas fotos que hizo Cris para que mis lectores se hagan una idea. Si vienes por Berlín, créeme, no puedes perderte esto. Eso sí, infórmate bien de cómo llegar para que no te pase lo que a nosotros.