sábado, 1 de agosto de 2009

Potsdam

Llevaba ya bastante tiempo queriendo escribir este artículo, pero ando un poco justo de tiempo últimamente.

Aprovechando que mi hermano vino a visitarme, fuimos a visitar la ciudad de Potsdam, al suroeste de Berlín. Potsdam es, entre otras cosas, la capital del estado de Brandemburgo. Berlín es una ciudad-estado y se encuentra dentro del anterior. Están muy cerca la una de la otra, y se puede llegar con el cercanías, o eso nos habían dicho.

Potsdam

Comencemos pues con el viaje. La cosa está en que, utilizando el S7 (uno de los cercanías que cruzan la ciudad) se podía llegar directamente. Y digo se podía porque en cuestión de dos semanas Berlín se ha convertido en un caos del transporte. De tener el mejor servicio público de Europa hemos pasado a tener el rompecabezas del siglo. La compañía de transporte público (BVG) no había hecho el mantenimiento a las vías en años. Como suele pasar en estos asuntos, cuando las cosas se empiezan a romper se rompen todas a la vez. Así cuando estamos esperando felizmente para el S7 en la estación de Westend, nos avisan que no va a pasar ningún tren. (De hecho, están cortados casi todos los cercanías de la ciudad, y los han sustituido por unos autobuses que son una pesadilla).

Tuvimos que ir a una estación anterior, para allí tomar un regional que sustituía al cercanías. Pero claro, sin saber muy bien donde te montas, no sabes donde bajarte… y nos pasamos 2 paradas. Acabamos en un pueblo perdido de la mano de Dios y tuvimos que esperar casi una hora hasta el siguiente regional, que felizmente nos llevó a Potsdam.

Es muy recomendable visitar esta ciudad. Es bastante antigua, ya que sobrevivió en parte a los bombardeos, y tiene varias cosas que merecen la pena de visitar: la calle principal a la puerta de la ciudad, la universidad y los palacios.

Potsdam

Dado que perdimos toda la mañana con los malditos trenes, solo nos dio tiempo de ir a ver los palacios. Para llegar desde la estación es muy sencillo: puedes tomar el autobús (que te deja a la entrada) o el tranvía, que te deja algo más lejos pero solo es un paseíto.

Y en cuanto a los palacios en sí: no hay palabras para describir lo que es aquello. No es que tengan un par de palacios uno al lado del otro ¡es que tienen un montón! Podría decir sin exagerar que solo los jardines tienen que ocupar 10 hectáreas, que cada palacio es gigantesco y que paré de contar estatuas cuando iba por 50.

Los dos más impresionantes son Sanz Souci (que significa en francés “sin preocupaciones”, y era lo que había escrito en mi portal antes de que llegara) y el Palacio Nuevo.

Dejo aquí unas fotos que hizo Cris para que mis lectores se hagan una idea. Si vienes por Berlín, créeme, no puedes perderte esto. Eso sí, infórmate bien de cómo llegar para que no te pase lo que a nosotros.

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